PARA NUNCA OLVIDAR
En los años setentas, Tabasco presentaría al mundo del catch a su hijo pródigo, un gigante reclamaría su lugar como futura súper estrella y leyenda nacional. Para los años ochentas, el inmueble del Toreo de cuatro caminos, vibrava intensamente con los independientes y las grandes estrellas que ofrecían portentosos combates, dignos de no olvidar nunca, así pasaran tres eternidades, o la desaparicíon del inmueble tiempo después.
Los extranjeros figuraban en la escena nacional, no se querían quedar con las ganas de enfrentar a los poderosos mexicanos, sin embargo sólo un príncipe tenía la autoridad para detener la embestida de los fóraneos. Canek, implacable, vigoroso, fuerte, imponente, un auténtico guerrero orgulloso de sus raíces Mayas, obligaría a topar con pared a muchos colosos que terminarían acostumbrandose al sabor de la lona y la derrota.
André Rousimoff, conocido como "el gigante", impactante Francés de más de 200 kilos y 2 metros de altura, malencarado a la hora de luchar,fiero y en ocasiones tosco, su sola presencia era digna de visita al baño obligada para los no aptos,pero no para Canek, quién le enfrentó precisamente en el cuadrilátero sagrado, del Toreo de cuatro caminos.
Un combate complicado, André se presentaba en su mejor forma, aún lejos de aquella enfermedad que le disminuría notablemente, el gladiador prehispánico no se amilanó en ningún momento y con efectivas guillotinas, fuerza y muestras de pundonor, lograría lo que muchos consideraban imposible.
Canek, simplemente Canek, tensando sus músculos, utilizó todo el poder de su piernas, brazos, espalda, corazón, y cargó al enorme visitante, depósitandolo justo de cara hacia las lámparas, así como ganan los grandes, las palmadas cayeron una a una hasta completar la tercera y definitiva, el público y Canek era uno sólo, el gigante, nuestro gigante maya lo había logrado.
Que importa si Stan Hansen también levantaría a la mole francesa, o si Hulk Hogan escribiría un clásico en la memoria de los norteamericanos, Canek fué quien realmente destrozó la racha invicta de Rousimoff, y eso nadie, ni la última piedra demolida del Toreo, se lo va a quitar.
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